Javier la remó a full. Nunca fue un amante del estudio, pero tampoco fue un vago. Siempre se la rebuscó para ganar unos mangos. En el colegio era tarjetero y vendía Polo truchas. En el viaje de egresados pegó buena onda con uno de los coordinadores y estuvo laburando un tiempo con él. Hacía temporada en Bariloche. Coordinaba pendejos en invierno y cocinaba en verano. Ahí, por casualidad, le tocó laburar en una producción de publicidad. Quedó en el circuito, siguió y la pegó. Hoy está asociado con un flaco y tienen una productora grosa.
Javier fue a un colegio bien y vagaba tranquilo porque nunca le faltó nada. No tolera que insinúen que la pegó de pedo. Una vez por año, cuando se junta con sus ex compañeros, aprovecha para hacerse el superado.
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